En los panteones de Culiacán hay miles de historias, pero esta es una especial, se trata de una niña que murió en el año de 1900 y desde entonces nadie le había llevado un detalle a su tumba, estaba en el olvido.
Al saber esta noticia, un grupo de ciudadanos tomó la iniciativa de llevar flores y veladoras a la tumba de la niña María Elisa Rojo, en el Panteón San Juan, en Culiacán, quien por 124 años estuvo en el olvido.
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Historiadores locales señalan que este tipo de sucesos son raros, y más cuando es una niña, sin embargo, es bueno que la sociedad contribuya y se acerque a personas que tuvieron un apellido, pero no una familia.
“Se trata de que nosotros estamos planteando el reconocimiento de algo histórico, no es porque aquello se dio o porque sucedió, sino el reconocimiento que le damos al evento, o a la ocasión del evento. En este caso, el corazón que pusimos, la sensibilidad que pusimos ante una niña de 4 años que falleció y falleció en circunstancias difíciles porque tiene un apellido y no tiene familia”, dijo Jorge Luis Hurtado, historiador.
Al respecto, ciudadanos que participaron en la actividad y le llevaron un detalle a María Elisa, señalan que a nadie le gustaría estar en esa situación, de ser olvidados por los familiares, pero también es aplaudible que la misma sociedad conozca de historias así y se sumen a recordar a alguien que en algún momento tuvo una vida.
“Ella falleció a los 4 años de edad en una epidemia, una enfermedad comunitaria, pero lo curioso de este caso es que está aislada de la familia, de la que recibió el apellido, y desde hace 100 años nadie le llevaba un recuerdo, una flor, un globo”, detalló Jorge Contreras, un ciudadano que participó en esta iniciativa.
Sobre este tema, periodistas que estuvieron presentes en el recorrido, afirman que el Panteón San Juan es un camposanto con bastante historia, ya que a finales del siglo XIX se construyó tras una crisis sanitaria en Culiacán y cientos de personas fueron sepultadas allí, tanto exgobernadores de Sinaloa, extranjeros, y niños, como el caso de María Elisa Rojo.
“Esto nos confirma que en cada tumba hay una historia, a mi izquierda están sepultadas unas personas con apellidos ingleses, aquí hay agricultores, empresarios, ganaderos, exgobernadores, hay gente que lleva el nombre de las calles, esto nos confirma que en cada tumba hay una historia”, dijo el periodista Alberto Morones.
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