¡Dale, dale, dale! Luz y su familia venden piñatas en Culiacán, y así se preparan para las posadas
Para los vendedores de piñatas diciembre es la temporada más fuerte del año, y Luz se prepara con su familia en Culiacán para seguir esta tradición
Con la llegada de las fiestas navideñas, las personas dedicadas a la venta de piñatas comienzan a prepararse para una temporada fuerte del año: las posadas, la Navidad y el Año Nuevo.
Luz es una mujer que ha dedicado su vida a la venta de piñatas en Culiacán por más de 30 años. Ahora, sus hijas, sobrinas y hasta las nueras trabajan juntas haciendo estos objetos artesanales que ponen el ambiente en las fiestas, sobre todo cuando su interior está lleno de dulces.
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Comentan que se han tenido que adaptar a las nuevas formas de hacer piñatas ya que antes las hacían con otros materiales diferentes a los de la actualidad.
“Antes las hacíamos de olla, empezamos con una hija (...) con una piñata, la pusimos pa’ muestra, la pusimos para nosotros, y de ahí la gente comenzó a querer piñatas. pero las hacíamos de olla y nosotros mismos, en mi casa, hacía las ollas”, comentó Luz. “La piñata ahora se hace de pura bomba, ya no es como antes”.
Más de mil piñatas son las que hace esta familia durante la temporada, vendiéndolas por toda la capital sinaloense, y son seis meses de anticipación con la que se preparan para armarlas. Las hay chicas, medianas, grandes y extra grandes, y así es como llaman la atención de los pasantes.
“Como mil, yo sola entre mis hijos, mi hija, mis nietos entre todos”, dijo. “No es complicado, es una terapia, es mi terapia, yo tengo mi cuarto, yo me meto a las cuatro, cinco de la mañana, ahí comienzo a elaborar (...) de mis piñatas saqué a mis hijos adelante”.
Los picos de las piñatas tienen su significado, según platicó una de las hijas de Luz, quien además compartió sentirse orgullosa de formar parte de su familia, de lograr establecerse y hacer un negocio familiar.
“En la tradición son los siete pecados capitales de una piñata, y cuando uno le pega el palazo pues ahí saca uno la ira, la envidia, la codicia, todo lo de los siete pecados, se supone que esa es la tradición de las piñatas”, dijo. “Muy orgullosa (...) este negocio es familiar y, pues, sí nos saca mucho adelante en esta temporada”.
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