El juego que nunca puede faltar en las ferias es el de las canicas, de los primeros a los que llevan a los más pequeños del hogar, un juego tradicional que va de generación en generación, así lo afirma Misael que comenta tiene toda su vida viviendo del juego de las canicas en las ferias que visitan distintas ciudades, recorriendo todo el país.
“Desde niño empecé a trabajar yo en esto esa es mi vida hasta ahorita, toda mi vida ha sido esto... Sí es un juego muy tradicional ya de muchos años... Para la familia algo divertido, distraído, para los niños, gente grande y chicos hay juego para todos”.
Para Misael, trabajar en las ferias es muy bonito, sin embargo, su consejo, es estudiar para no andar en los fierros, como él le llama, sin ver a la familia, trabajar de sol a sol ya que armar la estructura para poner las lonas que son el atractivo, además de los premios que son los peluches, alcancías, muñecos es lo que más toma tiempo, incluso, mencionó que le dedica un día completo para armar y decorar su lugar.
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“No pues mejor les digo que estudien que le echen ganas a la escuela, sí, porque esto no es fácil, no cualquier persona esté pues aguanta el trabajo este de las ferias porque pues es una vida cómoda pero a la vez incomoda, pero mejor les digo que estudien para que no anden acá entre los fierros”.
Su hogar es la feria; dedicó su vida a esa actividad
Misael, originario de León, Guanajuato, es de donde es la feria más grande y la primera del año, por lo que ha dedicado toda su vida a realizar este labor.
Para él es satisfactorio, pero también acepta que es muy difícil tener una vida lejos de su hogar, sin embargo, tiene memorias de momentos donde en el juego le da alegría a los niños y niñas, aunque también tristezas, pues en ocasiones no se llevan el premio deseado.
“El juego es de ocho canicas sí, si tu ves los números, ahí están los números en cada premio, ya lo que te sumen los ocho tiros ese es el premio que a ti te corresponde... Pues más bien que a veces el niño este quiere por decir ese juguete y pues no le toca porque tiene que hacer exactamente ese número y pues el papá se lo lleva llorando con el juguete, eso es lo que tiene el niño que él se aferra al juguete”.
Y usted ¿lo ha jugado cuando va a la feria?
