Los comercios que se encuentran en los alrededores del antiguo Hospital General de Culiacán , en la colonia Antonio Rosales, lucen solos, y el flujo de personas ya no es cómo antes, luego de que el pasado fin de semana se trasladaron todos los servicios y pacientes al nuevo hospital ubicado sobre la carretera a Imala, al oriente de la capital sinaloense.
Los comerciantes señalan que la mudanza del hospital general les cayó como “balde de agua fría”, ya que sus principales clientes eran los familiares de los pacientes que se atendían en el anterior centro de salud.
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Víctor Manuel, uno de los comerciantes afectados, afirmó que sus ventas en los últimos días han caído en un 90 por ciento, producto de la baja o nula afluencia de personas.
“Ya no hay tráfico de personas, aquí había un mundo de gente, mil 200 personas que rondaban por aquí, compraban medicina, alimentos, artículos ortopédicos, publicidad, pizza, birria, ocho farmacias que están a punto de cerrar”, dijo.
Mencionó que tiene 16 años cómo comerciante en dicho sector, y ahora no le quedará más que vivir de la pensión porque los clientes ya no los tendrá.
Don Víctor explicó que, al no haber gente, tendrá que cerrar su negocio debido a que ya no habrá ganancias, y tendrá más gastos que efectuar.
“Y ahora la vida es cara aquí, la luz es muy cara, el agua es muy cara porque es zona comercial, zona comercial por culpa del hospital general”, añadió.
Actualmente, las antiguas instalaciones del Hospital General de Culiacán lucen abandonadas, sin gente, ni los puestos ambulantes que tenían años se encuentran ahora.
Son decenas de negocios los que vivían de la gente que diariamente acudía al hospital, ahora su futuro es incierto.
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