VIDEO: Historias de jornaleros evidencian la pobreza de familias en Navolato

Inició el Ciclo Escolar 2023-2024, sin embargo, el regreso a clases no fue alentador para todos, pues hay circunstancias distintas. En Villa Juárez, Navolato, en el estado Sinaloa, hay niños que van en sexto de primaria y no saben leer o escribir, y también jóvenes de hasta 23 años que nunca han pisado un aula, entre un sinfín de historias.

Hace 3 años, doña Carmen llegó a la sindicatura de Villa Juárez, en el municipio de Navolato, Sinaloa, con sus dos nietos y su hijo José, procedentes de Oaxaca, en busca de una mejor vida.

El regreso a clases se dio para muchos niños de esta comunidad, pero para su nieta Tania Jazmín, de 7 años, no fue así, debido a que no han podido juntar el dinero para pagar la inscripción. Además, relata que la niña no estudió el kinder y le están exigiendo la boleta para que pueda ingresar a primer año de primaria.

“Ahorita estamos pensando en mandar a la niña a la escuela, porque ella no tiene ni uno, no fue ni al kínder ni nada, pero ahora estamos viendo que no podemos inscribirla porque no tiene la boleta de kínder, pero en verdad no tenemos boleta, ni nada”, relató la señora Carmen.

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Mencionó que José, su hijo, es quien trabaja en el campo y lleva el sustento a casa. Con apenas 150 pesos diarios como sueldo, afirma que esta cantidad no le alcanza para cubrir todas las necesidades que hay entre el hogar y la educación de los niños.

Otro caso es el de Teodora, madre de Lucía, quienes llegaron a Navolato desde el estado de Veracruz. Ella señala que su hija tiene 11 años, cursa el sexto grado, y no sabe leer y con dificultad puede escribir, y al parecer requiere de atención especial, pero no se tienen los recursos para una evaluación de ese tipo.

Resaltó que en ocasiones la niña no quiere ir a la escuela, pues no entiende las tareas que le deja el maestro, y ella, como su mamá, no puede ayudarla por qué tampoco sabe leer, lo que le genera tristeza al ver a su hija preocupada.

“No, no ha aprendido… sí aprende, sí sabe escribir, pero no completa la letra, y leer, pues no sabe nada”, explicó Teodora.

Son familias que llegan de estados principalmente del sur del país en busca de una oportunidad de salir adelante y se dedican a las labores del campo. Son jornaleros agrícolas que no cuentan en muchos de los casos con acceso a los servicios más básicos, como es la educación.

Otra situación preocupante es la de Sebastián, un joven de 23 años del estado de Guerrero, quien nunca ha ido a la escuela, pues sus padres no tuvieron los recursos para apoyarlo. Los motivos: la pobreza y sus problemas de la vista.

“Le he dicho yo: ‘ma, ocupo ir a la escuela (...) No había ni comida, nada en esos tiempos, sufrimos mucho, a veces me ponía a llorar porque no hallaba la manera de ir a la escuela”, contó Sebastián.

Precisó que ha perdido gran parte de la vista por problemas de cataratas, sin embargo, sale a ganarse la vida vendiendo globos afuera de las escuelas.

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La problemática no es únicamente de estas tres familias avecindadas en Navolato, pues en un recorrido que Fuerza Informativa Azteca (FIA) realizó, se encontraron escuelas vacías, sin clases, aún y cuando acaba de iniciar el ciclo escolar.

Los planteles no cuentan con los servicios más básicos, como lo es la energía eléctrica, pues en esta temporada de calor, la sensación térmica que rebasa los 50 grados, sin aires acondicionados ni abanico, aprender se vuelve todavía más complicado.