Una pérdida familiar los llevó a vender esquites y tamales, ahora tienen un gran negocio en Culiacán

La pérdida de su padre les cambió la vida. Se trata de una familia de Culiacán que hoy se dedica a la venta de esquites y tamales, pero para llegar a este momento, atravesaron momentos difíciles, pues Teresa platica que al momento de la muerte de su papá pasaban por una etapa difícil, donde faltaban los recursos económicos.

“Cuando muere mi papá no teníamos los recursos y empezamos a vender, a rebanar los elotes cocidos porque nos los pedían en vasito, y así fuimos levantando el negocio poco a poco”, dijo Teresa Montoya. “Pues somos nueve hermanos, y pues no todos se dedican a esto, pero la mayoría sí".

Con el paso de los años, el negocio se ha vuelto próspero. Teresa cuenta que sus hijos y sus nietos han seguido con la actividad familiar, pero confiesa que es un trabajo pesado y cansado por el que tuvo que sacrificar su sueño de ser contadora, y teme que sus hijos pasen lo mismo.

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“Sí es muy cansado, me desvelo. Me levanto a las seis y media, me llego a acostar a la una y media, o sea, es una rutina que el cuerpo se va acostumbrando”, explicó. “Sí estoy a gusto porque están mis hijos dentro del negocio, no quería eso para ellos, quería que ellos estudiaran otra cosa, que no se cansaran tanto como uno, pero a ellos les gusto y se aferraron”.

Teresa comparte un mensaje: que, a pesar del cansancio, no hay que dejar de seguir luchando para cumplir las metas, no importa si tienes poco, ya que eso puede ser suficiente para levantarse cada día.

“Antes sí decía yo, ‘ay, bien cansado esto’ pero llega un momento y dices, bueno, voy a trabajar en otra parte, me van a mandar, ¿por qué no ponerle ganas a lo de uno y salir adelante?”, expresó Teresa.

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