Ser zapatero es un orgullo, relata don José Luis, quien pese a tener un sueño optó por seguir con una tradición familiar. El trabajador de Culiacán explica que su idea era convertirse en un médico, sin embargo, disfruta más el darle esa continuidad a un oficio que va de generación en generación y que perdura con el paso de los años.
“Zapatos artesanales, tenis, huarachitos, bota de trabajo, zapatos colegiales… extenso para todo grupo de familia, para niños, damas, caballeros, gente de trabajo”, es la variedad que comenta José Luis que vende.
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“Cuando yo estaba joven yo soñaba con ser médico y ahorita en la actualidad no lo logré porque me dediqué al comercio, no fue por falta de, fue por falta de decisión más bien, porque si los propósitos y los sueños si los busca uno los logra”, expresó.
Con el paso de los años encontró un motivo para seguir con el negocio familiar, como también disfruta y dice no arrepentirse, pues este oficio lo ha llevado a tener una percepción de las generaciones que lo frecuentaban desde niños hasta que fueron adultos con familia, y ahora llevan a los hijos a que también escojan zapatos en su local.
“Encontré este oficio que también me llena mucho porque es atención al cliente, conozco muchas personas, he vivido muchas experiencias aquí porque han venido personas que eran niños y ya están grandes, terceras generaciones, y les hemos dado servicio todos estos años”.
Dejó su sueño para mantener a su familia, ahora su hijo puedo lograrlo
La historia de cómo el rumbo de su vida cambió es motivadora, ya que abandonó su sueño para sostener a su familia y no olvidar el proyecto familiar. Incluso el sueño que él no pudo cumplir, lo está logrando uno de sus hijos, que desde chico tuvo la visión de estudiar esa profesión.
“Yo cuando tenía la decisión de estudiar, pues era un muchacho de 16-17 años, a esa edad falleció mi mamá que era dueña de estos puestos del Mercado Garmendia, y pues de los hermanos fui el único que me interesó llevar otra vez este negocio, o sea, que este negocio no se perdiera”, contó.
José les brinda un consejo a aquellos que, aunque sus sueños no se cumplieron, no hay porque desmotivarse, pues siempre habrá algo a lo que nos acomodemos.
“Que le pongan ganas a la vida, busquen el camino correcto de la vida, que es en base al trabajo, al esfuerzo. Nada llega gratis, no es nada gratis en esta vida, en el rubro que tú te metas todo es esfuerzo”.
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