La familia Gastelum de Culiacán que ha vivido a base de la venta de verduras y frutas ha podido salir adelante y darles la educación a sus 5 hijos.
Es el caso de Isidro y María, quienes desde muy temprano inician la jornada laboral para llevar el sustento a su hogar.
“De las 4 de la mañana hasta las 2 de la tarde... voy al mercado y vengo para chambear a las ocho y media”, detalla Isidro Gastelum.
“Comprar verdura y venirnos a acomodarla, bañarnos desayunar e irnos otra vez... la jefa aquí se queda cuidando la casa, mientras yo me voy a trabajar se queda vendiendo”, señala.
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Hábitos de recompensa, al que madruga le va mejor.
Su cochera se convierte en un puesto de verduras y frutas, productos que, aunque son perecederos, se venden bien y les dejan el ingreso requerido.
“Aquí le ayudo a mi esposo a venderle porque hace veinte años que estamos vendiendo aquí y como él se va a la calle me quedo aquí ayudarle a vender porque para poder vivir”, señala María Soledad Sierra, esposa de Isidro.
Una pareja que ha trabajado duro, sin embargo, la edad ya empieza a cobrar factura y es así como reciben el apoyo de su nieto quien se va con don Isidro a vender en la camioneta a las calles en el sector 10 de mayo empezando por la calle Bugambilia hasta la calle Clavel.
“Soy su nieto, soy su ayudante se ha sentido mal de salud y pues he tenido que apoyar en la vendimia”, dice Diego Alberto, nieto de Isidro.
“Pues ahorita la venta ha estado baja lo que se gana se vuelve a invertir, ahorita con el calor la fruta que no aguanta o la verdura pues se tiene que tirar ahorita no aguanta nada la verdura”.
Así es como también esta temporada de calor les afecta a los vendedores pues mucha de la inversión se pierde con más facilidad, aun así, el comercio debe seguir y estas camionetas que llevan las verduras y frutas a los hogares son también parte de la cultura sinaloense.