La llegada de Navidad y Año Nuevo significa el arribo del invierno a Sinaloa y, por ende, los días más helados del año, y en los cuales renacen las comidas y bebidas calientitas, como el atole y las gorditas.
En el puerto de Mazatlán, estos alimentos son una tradición invernal, puesto que en muchas esquinas de la ciudad se pueden encontrar los preparativos de estos.
Tal es el caso de Esmeralda y su familia, quienes se dedican a la venta de atole y gorditas desde hace 50 años, negocio familiar que fundó su madre y que ha pasado por varias generaciones en la Perla del Pacífico.
“Es algo que nos dejó mi mamá, tenemos ya, pues el pasado lunes 25 de noviembre cumplimos 50 años”, dijo Esmeralda. “Pues ahorita ya están los nietos, ya son 3 generaciones, mi mamá fue la fundadora de todo esto, este negocio es de ella, a memoria de su nombre. Ella falleció el año pasado, pero nos dejó este gran legado”.
La receta del atole que venden fue creada por su mamá hace muchos años. Desde entonces, suavizan y abrigan los paladares de quienes van en búsqueda de alivianar el frío.
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Esmeralda comentó que esperan diciembre año con año, pues es esta fecha en la que aprovechan para vender más. Turistas y locales gozan de su negocio como punto de reunión familiar y, por supuesto, para arroparse con un rico atole calientito.
“La gente que viene principalmente de afuera de vacaciones, nosotros sabemos que son 15 días muy buenos para nosotros porque a eso vienen, a reunirse con la familia, y muchas de las veces es el punto de reunión”, dijo.
Se preparan con meses de anticipación, específicamente desde septiembre, es ahí cuando comienzan a vender. Tanto tiempo dedicándose a esto les ha traído fieles clientes que regresan año con año.
“Nosotros empezamos el 15 de septiembre, aunque haga calor y todo, pero la gente ya sabe que esas fechas nos ponemos. Y pues bendito Dios, desde que nos ponemos empezamos a vender, porque tenemos personas que nos dicen que el café se toma todo el año así que se vienen al atole también”.
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