Desde hace 13 años, Susana y su familia iniciaron con su negocio familiar, el cual le ha permitido mantenerse unidos y a su vez aprender un poco más de cada uno de ellos; se dedican a la venta de comida y preparación de tortillas de harina.
Susana, mencionó que, fue su madre la que empezó el negocio con una mesita afuera de su casa en compañía de su hermana que tan sólo tenía 7 años. Con el paso de los años, su negocio y su familia crecieron de la mano, pues todos los hijos se unieron para apoyar a su mamá.
La familia inició vendiendo tacos de cabeza y tamales, pero la idea de hacer tortillas de harina se convirtió en su mayor acierto. Hoy no solo venden en el tianguis, también tienen un segundo puesto.
“Tenemos ya trece años con el negocio, pues es familia, empezó pues mi mamá con una mesita y mi hermana que tenía unos 7 años más o menos y pues ya después empezamos agrandar un poquito más el negocio”, comentó Susana, comerciante
Susana destacó que, el continuar con este trabajo que su mamá les ha enseñado, es lo que les motiva a seguir adelante al lado de su madre, debido a que les ha permitido crecer como personas.
“Pues, es como todo, agarrarle cariño al trabajo, pues como es familiar, sabe uno que nos va quedar a todos, y por generaciones, vamos de la más grande, yo soy la mayor y ella es la más pequeña, hay que enseñarles para que aprendan también”.
Nos contó que todos sus días inician a las 2 de la mañana para dar comienzo con la preparación de los alimentos que venden, como lo son las tortillas de harina, esto para tener todo listo antes y comenzar bien sus días, aunque es un poco exigente el trabajo, lo hacen con cariño para que sus clientes.
Nos enseñó a trabajar desde pequeñas, para poder agarrar el peso y pues así no andar ahí en las calles pidiendo dinero, o algo así pues, pero sí nos enseñó a trabajar desde muy pequeñas”.
Para Susana y su familia, no solo es un negocio, este trabajo ha sido una forma de vida, una escuela que las ha formado y un camino para mantenerse unidas.
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